lunes, 4 de octubre de 2010

Una buena tarde





El martes pasado, acompañe a Razza, el de mantenimiento, si hombre, quizá no os he hablado de él, se trata de un hombre pequeño, de unos treinta y tantos años, muy servicial, que se encarga del mantenimiento y de las averías que se producen en la Embajada. A Razza le apodan “ Kalevitaemh”, (fonético) que más o menos traducido al cristiano es “ hombre con pelo sobre la cabeza”, vamos que a lo que se refieren los que le mencionan de tal modo, es que lleva Peluquín, joder y es que el chisme es como un estropajo de color negro, después de haberlo pasado por una baño de alquitrán caliente y secado posteriormente al sol, encima se le nota un montón, (parece una seta viuda) pero bueno , al fin y al cabo, él es feliz, así que le dejaremos con su peluquín.

Como decía, acompañe a Razza hasta la casa de nuestros vigilantes, iba a colocar, creo, que un cristal, el caso es que mientras el entraba en la casa, yo me quede fuera esperando, unos instantes después, salieron del interior varios vigilantes, y me invitaron cordialmente a entrar en su morada.

Me descalce, como aquí es costumbre, dejando las botas fuera, junto a la puerta, entre en una habitación de poco menos de doce metros cuadrados, sin ningún mueble, con una alfombra sobre el suelo, y sobre ella, varios cojines, mientras ellos se amontonaban frente a mí, me reservaron la parte más amplia de la estancia y con gestos me indicaron que reposase sobre el gran cojín que tenia a mi lado.

Mi primer pensamiento al sentarme fue, tengo que ir a , a comprar insecticida, para las chinches, las pulgas, los mosquitos, y para lo que sea que vaya a coger en los próximos minutos, porque ya me estaba picando todo el cuerpo.

Me agasajaron con té y pastas de té de origen soviético, no sé si porque algún ruso se las dejo cuando salieron corriendo de Afganistán, o porque así se le llama a la especialidad, el caso es que tanto la bebida de color amarillo claro un tanto sospechoso, como las pastas, estaban estupendas.

A pesar de la gentileza de haberme dejado el mejor sitio de la estancia, decidí levantarme del lugar que me habían reservado y me fui a donde ellos estaban, al principio con señas, me instaban a que me fuera a mi sitio, pero insistí tanto, que al final me dejaron por imposible, y entre su Darí, mi ingles ,su ingles, y un montón de señas, nos entendimos todos, al menos eso creo, lo pase en grande, me reí con ellos como un crio, por tontadas, que las mas de las veces no entendía, contagiado por sus risas , luego me hice unas fotos con todos.

Debo deciros, que algunos de ellos estan considerados como “Guerreros sagrados”, que lucharon contra los soviéticos primero, y posteriormente contra los Talibanes y todos ellos tienen, experiencia de Guerra.

Al final tras varios vasos de té y alguna que otra pasta rusa, me fui despidiéndome uno a uno de todos , su hospitalidad me dejo tan sorprendido, que desde entonces , los veo de forma distinta.

Por cierto yo no tuve que usar ningún insecticida, los picores, los llevaba yo, con mis perjuicios, en mi cabeza, no sé si ellos lo tuvieron que usar conmigo.

Por curiosidad sus nombres de izquierda a derecha Noor Agha, Budy, Hakimulllah, Noor Ahmad, y Ahmadulad con su kalashnikov siempre expectante, protegiéndonos a todos.

Seguís, como siempre, conmigo

By Budy